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A Cartagena...

Cartagena de Indias, refugio de sueños en mi corazón momposino, soplo de aire tibio en la noche sobre una ciudad amurallada. Inmemorables recuerdos de momentos que se aferran indudablemente al alma, me piden que escriba acerca de ella, y ella, ya es mucho por si misma.


Es mi madre, Cecilia, quien con alma de guerrera llego a esta mágica ciudad, a llenar de cultura a un histórico centro que empezaba a tomar fuerza, para convertirse en lo que todos conocemos ahora. Recuerdo con inmensa alegría como siendo pionera, creó La Casa de Don Benito un espacio para el teatro, la música, el arte y la cultura, donde a mis 13 años ya disfrutaba de compartir con personajes como Fanny Mikey y ayudarla en sus cambios. La mística que todo este ambiente transmitía no se limitaba a lo que estos lugares producían, si no a la mística que el simple hecho, estar ubicados en Cartagena significaba. Tiempos de antaño, junto a mi madre, mi musa eterna, que son mi alegría.


Hernán Zajar junto a su madre Cecilia. Vía: Instagram @hzajar


¡Ay mi Cartagena!... el solo nombrarla, ya evoca buenos pensamientos. Innumerables referencias de mis diseños que se deben a su serena belleza y a la vez, explosiva.


Del color de mis colecciones esta impregnado su aire, el azul de su cielo, los matices de su mar. Y como no hablar de sus amaneceres que evocan amor o sus atardeceres, que como contaría Gabriel García Márquez, “Me basto con dar un paso dentro de la muralla de Cartagena de Indias para verla en toda su grandeza a la luz malva de las seis de la tarde.”


He pensado en su gente, sus costumbres, he pronunciado su acento y si mi corazón pudiese hablar, lo haría con palabras y aquel dejo musical que solo en mi costa se oyen.


La arquitectura cartagenera que conserva su estilo colonial, se ha convertido en bordados, detalles de Alta Costura y hasta siluetas que son usadas para realzar cada prenda o accesorio, es tan clásica y a la vez tan particular, que me ha permitido combinarla con la estética mediterránea para embellecer su arte, dándole un toque de glamour.


La Torre del Reloj, la iglesia de San Pedro Claver con su majestuosa cúpula, el teatro Pedro de Heredia o el portal de los dulces, sus balcones, patios y zaguanes, las frutas en las cabezas de sus palenqueras, recuerdo una, que me regalaba sonriente de todo lo que me antojara, para pasar eso sí, la cuenta posteriormente a mi madre. O las negras María-mulatas revoloteando al caer la tarde en la brisa cartagenera, han dado vida a colecciones enteras, materializando mi inspiración, recreando mis recuerdos con el cariño y calidez, que siempre he disfrutado al abrigo de sus playas y calles.


Hernán Zajar, durante la realización del catalogo de Palenqueras de Cartagena (2017). Vía: web.


Durante las fiestas novembrinas, he participado con mi ingenio y presencia aportando en lo que mejor hago, vestidos. Dándoles felicidad a todos los cartageneros, y a Colombia entera que se alegra con ellos.


Cartagena, princesa de día, reina de noche. Hablar de sus bellezas es fuente inagotable de placer y de ingenio. ¡Cuántos nos hemos enamorado de ella al verla por vez primera! no en vano el paisa Jaime Echavarría, cantaba embelesado a las noches de esta ciudad, “Noches de Cartagena que fascinan, con el suave rumor que lleva al mar, donde la brisa cálida murmura placida serenata tropical” o elogiarla enamorado como el valluno Marco Rayo al decirle “Tesoro de leyendas, reliquia colonial”. Ellos y yo, solo somos un ejemplo de quienes no hemos nacido en esa tierra, pero al vivirla, no hemos podido dejar de amarla.


Seguirá Cartagena siendo parte imperdible de mi historia de vida, de mis referentes al diseñar, de la alegría que me caracteriza no solo como persona, sino en el estilo Zajar como diseñador, no hay fuente de inspiración que no parta de ella, todo lo que me ha dado lo he hecho y lo que falta por hacer.


Hernán Zajar, desfile Palenqueras de Cartagena (2017). Fotografía: Cámara Lúcida.

Making of Catalogo Palenqueras de Cartagena por: Made in Heaven Productions (2017).

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