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Mompox: Patrimonio de inspiración

Siempre es un placer volver a Mompox, regresar a la tierra que me vio nacer, donde crecí y de la que estoy enamorado. Recorrer sus calles coloniales, envolverme con el olor de las veraneras que decoran los balcones, pasear por sus plazas y contemplar sus iglesias, ha sido mi gran inspiración para crear historias que se convierten en el punto de partida de una colección.


Ha sido un camino largo donde he intentado mostrarle al mundo lo mejor de mi tierra. Hay tantos detalles y tantas historias por contar a través de mi trabajo, que nunca escatimo en telas, formas, colores o texturas. Devolverme en el tiempo, a la época donde el mundo empezó a poner sus ojos en Mompox, cuando se rodó la película Crónica de una muerte anunciada y en la que fui asistente de vestuario, me recuerda que siempre quise que en mi trabajo se viera reflejada la cultura momposina, sin dejar de lado mi compromiso de hacer moda para el mundo.


Hernán Zajar - Colección 2015. Fotografía por: Mauricio Vélez.



Al tener la oportunidad de expandirme internacionalmente, el trabajo en conjunto con artesanos locales se mantuvo en cada colección, como en los detalles de pulseras de caña flecha ensambladas con filigrana momposina, en algunos tejidos completos y hasta en trajes de alta costura, con detalles que reflejan el estilo macondiano, que siempre resalto como parte de mi sello.


Prevalecer en el tiempo es una de las tareas más difíciles de un diseñador, ajustarme a tendencias sin perder mi estilo y, sobre todo, plasmar mi sello en cada creación para conservar mi esencia, hacen de cada colección un trabajo arduo y complejo. Por eso, siempre busco una historia, una musa o un libro entero para contar.



Hernán Zajar - Colección 2015. Fotografía por: Mauricio Vélez.


“A Mompox le debo la Gloria”, colección que hice con la intención de evocar la belleza de la tierra donde nací, mostrando su sobriedad en colores negros, ocres, cobres y blancos con siluetas fluidas, descomplicadas y sensuales, que envuelven el cuerpo de la mujer insinuando su forma sin ajustarla. Fue una colección que reflejó un pasado que siempre está presente en la moda, la expresión de un siempre, como aquel Mompox ancestral lleno de historia e identidad, que quise mostrar a través de todas las prendas de la colección.


Mi “Ciudad Valerosa” atrae miles de turistas anualmente, sobre todo en fechas como Semana Santa y en septiembre para su popular Festival de Jazz, a dónde regresaré este año para presentar una nueva colección que estará inspirada en la arquitectura de la icónica iglesia San Francisco, en el jazz y en los años 30; y donde nuevamente resaltaré los colores vivos que me hacen vibrar y los estampados llenos de detalles y trabajo manual que son parte de mi historia.







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